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Foto del escritorAulas Mindfulness

El paso de niña a mujer con la primera menstruación

La etapa de una mujer puede dividirse en tres momentos vitales: la infancia, el período fértil y la madurez. La etapa fértil comienza con la menarquia y suele iniciarse entre los 9 y 16 años.


Durante la adolescencia, el cuerpo de una niña transita hacia el de una mujer. Además de las transformaciones físicas se producen cambios en el cerebro, las emociones y las relaciones con la familia y las amistades.


“A veces se sienten niñas y otras veces se sienten mujeres. A través de la práctica de Mindfulness cultivamos una mirada más amable y sin juicio hacia la experiencia y, por tanto, también hacia nuestro propio cuerpo. Solemos ver nuestro cuerpo desde fuera y eso nos hace contemplarlo desde una mirada enjuiciadora la mayor parte de las veces: nos centramos en lo que nos gusta o no nos gusta de él. La práctica de mindfulness nos ayuda a mirar nuestro cuerpo desde 'dentro', desarrollando la intención de observarlo con amabilidad y presencia. La práctica te abre a la vivencia de sentir cómo se despliega la vida en el cuerpo”, explica Ana Muñoz, profesora de Mindfulness y fundadora de MindEdu.


Para algunas adolescentes, las primeras reglas pueden ser irregulares y provocar miedo o ansiedad. Con la práctica de la atención plena se aprenden a autorregular las emociones, a estar más tranquilas cuando llega el miedo, la incertidumbre o incluso, el dolor. “Lo que nos provoca sufrimiento es la resistencia a lo que hay, a las emociones y sensaciones que se presentan. Aprender a vivir con mayor calma todas las experiencias de la vida es uno de los beneficios de la práctica”, sostiene Ana.


En ese sentido, el autoconocimiento, el hecho de tomar conciencia de cómo vivimos los ciclos es de gran ayuda. Por ejemplo, saber que durante la etapa premenstrual se suele estar con el estado de ánimo más bajo o en contacto con mayor vulnerabilidad, nos invita a no llenar la agenda de actividades o si aparece la necesidad de comer alimentos dulces elegir los más saludables, como una pieza de fruta.


Solemos estar inmersos en círculos viciosos que nos alejan del autocuidado. El hecho de introducir pequeños hábitos puede cambiar toda la inercia que venimos viviendo.


El escáner corporal para sentir el cuerpo


Una práctica imprescindible para los días de regla es la del escáner corporal pues proporciona la oportunidad de explorar el cuerpo más allá de la mirada externa habitual y enjuiciadora. “Ofrece la vivencia de sentir el propio cuerpo desde dentro, esta criatura salvaje que habitamos, al tiempo que puedes desarrollar una mirada más amable hacia él”, comenta Ana.


Muchas alumnas de 1º y 2º de ESO relatan cómo esta práctica les ayuda a estar más tranquilas en el día a día y a sentirse con mayor confianza cuando llegan estados emocionales difíciles como la ansiedad o el miedo. El comenzar o terminar el día con una práctica como el escáner o alguna meditación en la respiración o el introducir micro-prácticas durante la jornada ayudan a parar y vivir más en el cuerpo.


La atención plena puede traer una profunda transformación sobre el modo en que nos relacionamos con nosotras mismas, despertando un mayor auto-aprecio hacia el propio cuerpo y hacia una misma”, sostiene Ana.





(Imágen: Anika Huizinga)

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