Cada 8 de junio, las Naciones Unidas nos invita a celebrar el Día Mundial de los Océanos para recordarnos el papel que tienen los océanos en la vida cotidiana: son los pulmones de la Tierra, la mayor parte del oxígeno que respiramos.
El objetivo es concienciar a la opinión pública sobre las consecuencias que la actividad humana tiene para los océanos y poner en marcha un movimiento mundial ciudadano a favor de los océanos.
Mindfulness y los océanos
La intención de esta práctica, orientada a todas las personas, es dejar que la atención descanse en el sonido del mar y fortalecer la capacidad de apreciar y agradecer lo bueno de la vida.
Primero, busca un lugar cómodo para estar durante unos diez minutos: puede ser sentado o tumbado y cierra los ojos. Si te apetece, en algún momento puedes llevar una o las dos manos hacia el pecho, como un recordatorio que te permita, no sólo a traer conciencia plena, sino una conciencia bondadosa. También puedes esbozar una suave sonrisa en el rostro, como un gesto que te ayude a despertar una mirada apreciativa hacia los océanos, los grandes pulmones del planeta y hogar de multitud de especies animales y vegetales.
Ahora permite que tu atención descanse en el sonido del mar, abriéndote a apreciar la sensación pura de escuchar el vaivén de las olas. Nota cada vez que tu atención es capturada por pensamientos u otras sensaciones y acompáñala con amabilidad de vuelta hacia el sonido del mar, una y otra vez... dejando que repose en el sonido de las olas… y también en el silencio que hay entre los sonidos.
Cuando hayas terminado la práctica es importante que te des unos minutos para preguntarte: ¿Cómo estuvo mi atención? ¿En qué momentos fue capturada? ¿Qué la capturó? ¿El sonido del mar? ¿Pensamientos? ¿Qué sensaciones notaste? ¿Cómo te sientes ahora?
(Imagen: Max Berger)
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