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Cuatro consejos para incorporar la atención plena en tu vida cotidiana

Las personas que realizan cursos de atención plena admiten que, durante las clases presenciales, son capaces de realizar la práctica. Sin embargo, en su vida cotidiana encuentran distintos obstáculos para incluirla. ¿Te ha sucedido a ti también? Es normal. Por eso, te ofrecemos algunos consejos que te permiten incorporar la práctica del mindfulness a tu vida cotidiana.


Recuerda que, como toda rutina que recién comienza, es necesario crear un nuevo hábito. Por ello, hay que repetir la práctica de atención plena tantas veces como la necesitemos, sobre todo, cuando notemos que nuestro compromiso se tropieza.


Primer consejo: encuentra la motivación

¿Cuál es tu motivación para practicar cotidianamente? ¿Reducir el estrés? ¿Estar más tranquila? ¿Ser una persona más paciente y menos reactiva? ¿Dormir mejor?

Puede serte útil escribir en un cuaderno alguna frase que te recuerde tu motivación, leer algún fragmento de un libro o colocar un poema inspirador en un lugar visible de tu casa.


Segundo consejo: crea un plan que incluya una intención concreta

Si quieres que la práctica de atención plena forme parte de tu vida cotidiana, tienes que concretar un plan que sea realista, concreto y flexible.


Algunas preguntas que puedes hacerte son:

- ¿Cuánto tiempo le dedicaré cada día? Es mejor comenzar por una práctica breve, de 3 ó 10 minutos, que intentar establecer una práctica de media hora que no puedas cumplir.

- Piensa cuál es tu mejor momento para meditar: ¿Al levantarme? ¿Por la tarde? ¿Antes de acostarme por la noche?

- Piensa también el lugar: ¿dónde vas a meditar? ¿En un lugar tranquilo de la casa? ¿En un parque o al aire libre?

- ¿Necesitaré algún tipo de recordatorio?

- Si no puedo hacerla por algún motivo, ¿puedo hacer una práctica alternativa?

- ¿Qué podemos hacer para hacer realidad esos planes?


Tercer consejo: la repetición

Para que un hábito se consolide, es necesario la repetición de la actividad. Para que la práctica de mindfulness se convierta en un hábito es conveniente repetirla una y otra vez.

De esta forma, se crean nuevos circuitos en el cerebro. Repetir una acción favorece la creación de nuevas vías neuronales que van a facilitar que el hábito se consolide.


(Foto de portada: Danielle MacInnes)


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